La fotógrafa tiene todo dispuesto para retratar a Juanes (Medellín, 53 años) en el restaurante del madrileño Hotel Fénix, pero el cantante tarda unos minutos de más porque, según su equipo, tiene que cambiarse de camisa para diferenciarse del shooting anterior. Cuando por fin se presenta —“¡Es verdad, que en España son dos besos!”, interioriza recién aterrizado—, su nueva camisa no es negra, no. Es verde oscura, con un tigre surfeando en una manga y la vistosa cara de otro en la espalda, atravesada por una cremallera —de la marca japonesa BAPE—. Es una mezcla entre una prenda de camuflaje y algo destinado a llamar la atención. Y es un buen reflejo de quien la viste, porque aunque durante la entrevista Juan Esteban Aristizábal —su nombre de nacimiento— se coloca en una discreta esquina de la sala y habla con un sosegado tono bajo, su presencia no pasa desapercibida para algunos comensales que no se resisten a acercarse a saludar. “Hola, ¿cómo estás? ¿Cómo te va? ¿Todo bien?”, espeta Juanes a un hombre que se queda cortado ante la familiaridad con la que el músico le devuelve el apretón de manos.